lunes, 9 de mayo de 2011


Traumatismo de la médula espinal



Es un daño a la médula espinal que puede resultar por lesión directa a la médula misma o indirectamente por daño a huesos, tejidos o vasos sanguíneos.

Causas, incidencia y factores de riesgo

El traumatismo de la médula espinal puede ser causado por muchas lesiones a la columna que pueden resultar de accidentes automovilísticos, caídas, lesiones durante la práctica de deportes (particularmente el buceo en aguas poco profundas), accidentes industriales, heridas de bala, asaltos y otras causas.
Una lesión menor puede causar un traumatismo de la médula espinal si la columna se debilita (como en los casos de artritis reumatoidea u osteoporosis) o si el conducto raquídeo que protege la médula espinal se ha vuelto demasiado estrecho (estenosis espinal) debido al proceso normal de envejecimiento.
También pueden ocurrir lesiones directas, como cortaduras, particularmente si los huesos o los discos han sido dañados. Los fragmentos óseos (por ejemplo, por fracturas en las vértebras, que son los huesos de la columna) o de metales (como por un accidente de tránsito o herida de bala) pueden cortar o dañar la médula espinal.
El daño directo también puede ocurrir si la médula es halada, presionada hacia los lados o comprimida, lo cual puede ocurrir como consecuencia de una torsión anormal de la cabeza, el cuello o la espalda durante un accidente o lesión.
La hemorragia, la acumulación de líquido y la inflamación pueden presentarse dentro de la médula espinal o fuera de ella, pero dentro del conducto raquídeo. Asimismo, la acumulación de sangre o de líquido puede comprimir la médula y dañarla.
La mayoría de estos traumatismos de la médula ocurren en individuos jóvenes y saludables, y los más comúnmente afectados son los hombres entre los 15 y los 35 años. La tasa de mortalidad tiende a ser mayor en niños pequeños con lesiones de la columna.
Los factores de riesgo son, entre otros: participar en actividades físicas arriesgadas, no utilizar el equipo de protección en el trabajo o en las actividades recreativas o bucear en aguas poco profundas.
Las personas de edad avanzada que presenten debilidad en la columna, debido a la osteoporosis, pueden tener más probabilidad de sufrir una lesión de la médula espinal. Asimismo, los pacientes que presenten otras afecciones que los hagan propensos a sufrir caídas, debido a la debilidad o la torpeza (por un accidente cerebrovascular, por ejemplo), también son más susceptibles a padecer este tipo de problema.

Síntomas

Los síntomas varían algo dependiendo de la localización de la lesión. La lesión de la médula espinal ocasiona debilidad y pérdida de la sensibilidad en y por debajo de dicha lesión. La gravedad de los síntomas depende de si toda la médula está lesionada (completa) o sólo parcialmente lesionada (incompleta).
La médula espinal no pasa por debajo de la primera vértebra lumbar, de tal manera que las lesiones en y por debajo de este nivel no ocasionan lesión de la médula espinal. Sin embargo, pueden causar el "síndrome de la cola de caballo", una lesión a las raíces nerviosas en esta área.
LESIONES CERVICALES (CUELLO):
Cuando las lesiones de la médula espinal se presentan en el área del cuello, los síntomas pueden afectar los brazos, las piernas y la mitad del cuerpo. Los síntomas pueden abarcar:
  • Dificultades respiratorias (por la parálisis de los músculos respiratorios si la lesión es en la parte alta en el cuello)
  • Pérdida de control de esfínteres (pueden abarcar estreñimiento, incontinencia, espasmos vesicales)
  • Entumecimiento
  • Cambios sensoriales
  • Espasticidad (aumento del tono muscular)
  • Dolor
  • Debilidad, parálisis
LESIONES TORÁCICAS (A NIVEL DEL PECHO):
Cuando las lesiones espinales ocurren a nivel del pecho, los síntomas pueden afectar las piernas.
  • Pérdida del control normal de los intestinos y de la vejiga (como estreñimiento, incontinencia, espasmos vesicales)
  • Entumecimiento
  • Cambios sensoriales
  • Espasticidad (aumento del tono muscular)
  • Dolor
  • Debilidad, parálisis

enfermedad

Diabetes

Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/001214.htm
Es una enfermedad crónica (que dura toda la vida) caracterizada por niveles altos de azúcar en la sangre.
Ver también:

Causas

La insulina es una hormona producida por el páncreas para controlar la glucemia. La diabetes puede ser causada por muy poca producción de insulina, resistencia a ésta o ambas.
Para comprender la diabetes, es importante entender primero el proceso normal por medio del cual los alimentos son descompuestos y empleados por el cuerpo como energía. Varias cosas suceden cuando se digiere el alimento:
  • Un azúcar llamado glucosa, que es fuente de energía para el cuerpo, entra en el torrente sanguíneo.
  • Un órgano llamado páncreas produce la insulina, cuyo papel es transportar la glucosa del torrente sanguíneo hasta los músculos, la grasa y las células hepáticas, donde puede utilizarse como energía.
Las personas con diabetes presentan hiperglucemia, debido a que:
  • El páncreas no produce suficiente insulina
  • Los músculos, la grasa y las células hepáticas no responden de manera normal a la insulina
  • Todas las razones anteriores
Hay tres grandes tipos de diabetes:
  • Diabetes tipo 1: Generalmente se diagnostica en la infancia, pero muchos pacientes reciben el diagnóstico cuando tienen más de 20 años. En esta enfermedad, el cuerpo no produce o produce poca insulina y se necesitan inyecciones diarias de esta hormona. La causa exacta se desconoce, pero la genética, los virus y los problemas autoinmunitarios pueden jugar un papel.
  • Diabetes tipo 2: Es de lejos más común que el tipo 1 y corresponde a la mayoría de todos los casos de diabetes. Generalmente se presenta en la edad adulta, aunque se está diagnosticando cada vez más en personas jóvenes. El páncreas no produce suficiente insulina para mantener los niveles de glucemia normales, a menudo, debido a que el cuerpo no responde bien a la insulina. Muchas personas con este tipo de diabetes ni siquiera saben que la tienen a pesar de ser una enfermedad grave. Este tipo se está volviendo más común debido a la creciente obesidad y a la falta de ejercicio.
  • Diabetes gestacional: Consiste en la presencia de altos niveles de glucemia que se presentan en cualquier momento durante el embarazo en una mujer que no tiene diabetes. Las mujeres que padecen este tipo de diabetes están en alto riesgo de padecer diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular posteriormente en la vida.
La diabetes afecta a más de 20 millones de estadounidenses y alrededor de 40 millones tienen prediabetes (diabetes tipo 2 temprana).
Existen muchos factores de riesgo que predisponen a la diabetes tipo 2, como:

cadera

SEGUNDA SECCION. PATOLOGIA ORTOPEDICA
LUXACION CONGENITA DE CADERA

La luxación congénita de cadera (L.C.C.) llamada también Enfermedad Luxante de la Cadera, es la malformación ortopédica de gravedad más frecuente del ser humano.
Corresponde a una displasia articular que se produce por una perturbación en el desarrollo de la cadera en su etapa intrauterina antes del tercer mes de vida fetal. La sub-luxación o la luxación se produce después del nacimiento, en los primeros meses de vida extra-uterina y como una consecuencia de la displasia. No hay que confundirla con la verdadera luxación intrauterina de la cadera y que corresponde a una afección teratológica y que se acompaña habitualmente con otras alteraciones congénitas cardíacas, renales, de la columna vertebral, de los pies, etc. Esta luxación intra-uterina es de muy difícil tratamiento, de mal pronóstico y alcanza no más del 5% del total de las luxaciones congénitas de la cadera.
La L.C.C. es progresiva. Se nace con displasia y, si no es adecuadamente tratada, progresa a subluxación y luxación, representando el 95% de las L.C.C. (el otro 5% son las luxaciones teratológicas ya mencionadas).
Por esta razón, el diagnóstico precoz (primer mes de vida) es de extraordinaria importancia, ya que tratada en este momento se logran caderas clínica, anatómica y radiológicamente normales.

f.o.p

FOP: una rara enfermedad genética que deja a la persona atrapada en su propia "prisión ósea"


Un mail que circula actualmente por Internet informa de la Fibrodisplasia Osificante Progresiva o FOP; un raro desorden genético que causa que hueso se forme en los músculos, tendones, ligamentos y oros tejidos conectivos, restringiendo progresivamente el movimiento. Hay sólo 2500 casos en el mundo y muy pocos médicos que la conocen, por lo que usualmente es mal diagnosticada.



Mariana Nisebe. De la Redacción de Clarín.com

Probablemente sorprenda a muchos un mail que está circulando por Internet con el subject "Ayudemos a María Claudia". El texto agrega que se trata de una niña que padece una rara enfermedad llamada FOP (Fibrodisplasia Osidificante Progresiva) y que es un caso real. Esta patología no tiene cura y el objetivo del mail en cadena es "encontrar tres familias que tengan esta enfermedad, para que se complete una lista de diez y puedan hallar los genes que la originan dando solución a esto". Y el mensaje continúa: "María Claudia actualmente es oxígeno dependiente y su caja torácica no se desarrolla pero su órganos sí, eso hace que el espacio sea cada vez más pequeño y no le permita respirar".
La Fibrodisplasia Osificante Progresiva o FOP "es un raro desorden genético que causa que hueso se forme en los músculos, tendones, ligamentos y oros tejidos conectivos. Puentes de hueso extra se desarrollan a través de las articulaciones, restringiendo progresivamente el movimiento. En FOP, el cuerpo produce no sólo mucho hueso, sino un esqueleto extra que encajona al cuerpo, encerrando a la persona en una prisión ósea de la cual no hay llave", explica la Asociación Internacional de Fibrodisplasia Osificante Progresiva , IFOPA. Sólo una cada dos millones de personas la padecen; por lo que se estiman 2.500 casos en todo el mundo de los cuales se conocen sólo 400. En Argentina se calcula que podría haber cerca de 20, de los cuales un poco más de una docena están identificados.

La FOP fue descripta por primera vez por el médico francés Guy Patin en 1692 en una paciente a la que denominó "la mujer que se convirtió en madera". Otros casos, en la bibliografía, fueron denominados "hombres de piedra". Su singularidad y rareza es tal, que ha llevado a que en un destacado museo de patología del Primer Mundo se despliegue el esqueleto completo de un paciente fallecido por FOP. Se trata de Harry Eastlack (ver), un hombre que vivió con esta enfermedad hasta que falleció de neumonía seis días antes de cumplir 40 años en 1973. Un caso valioso para los médicos que estudian esta patología.

El mail de María Claudia informó e intrigó a miles de personas en todo el mundo sobre este tema y, aunque circula actualmente, es un resabio que quedó en la red. Como muchas otras enfermedades, la FOP afecta a algunas personas con más rapidez y gravedad que a otras. Tal es el caso de esta niña peruana, que lamentablemente falleció a fines de 2005, con sólo 8 años, a causa de una insuficiencia respiratoria severa ocasionada por la presión de su tórax deformado por la osificación. Pero algo muy importante sucedió desde que empezó a circular el mail de María Claudia hace casi dos años. En abril de 2006, tras quince años de investigación, se halló la causa de la FOP en la mutación recurrente de un gen llamado ACVR1, cuya activación induce la formación de hueso y cartílago en los tejidos en los que se encuentra. "Hemos coronado la cima", declaró Frederick Kaplan, jefe del equipo de la University of Pennsylvania School of Medicine que identificó la mutación. Gracias a este descubrimiento, actualmente la IFOPA está dedicada a encontrar una cura.


La formación de hueso "extra" comienza en la infancia y se produce por brotes. Los tejidos blandos -músculos, tendones y ligamentos- se inflaman, y cuando desaparece la hinchazón lo que queda es el nuevo tejido óseo. Así, se van osificando de forma que las articulaciones quedan inmóviles lo que limita el movimiento. Suele empezar en el cuello, la espina dorsal y hombros, y después pasa a los codos, las caderas y las rodillas. Los músculos del diafragma, la lengua, los ojos, la cara y el corazón están característicamente libres de riesgo. Los niños con FOP parecen normales al nacer, excepto por la malformación de los dedos grandes del pie, menores que los otros y curvados hacia adentro, como si fueran un "juanete". Está presente en más del 90% de los casos de FOP.

Lamentablemente, esta primera gran oportunidad que se tiene de diagnosticar prematuramente la enfermedad, pasa desapercibida. Más tarde, durante la niñez, "inflamaciones dolorosas, que suelen ser confundidas con tumores, invaden el músculo esquelético y lo transforman en hueso. Los intentos por extraer el hueso extra conducen al crecimiento explosivo de nuevo hueso. Aún los más pequeños traumatismos como golpes, vacunas, inyecciones para tratamientos dentales o biopsias pueden causar que los músculos se conviertan en hueso" explica IFOPA. Según la Sociedad Argentina de Pediatría o SAP, "su diagnóstico es difícil en las primeras etapas. Por eso la malformación del dedo mayor de los pies es un signo importante y debe ser reconocido en el período neonatal".

Es claro que debido a la escasez de casos, identificarla es una tarea complicada hasta para los especialistas más meticulosos. De ahí la importancia de que se conozca la enfermedad y evitar así daños al paciente en busca del diagnóstico. "FOP es una de las enfermedades más extrañas en el mundo. Hay pocos doctores que se encuentran con ella en las facultades de medicina. Sus síntomas son desconcertantes y no es de extrañar que sea comúnmente mal diagnosticada. Los índices de diagnóstico equivocado para FOP son de un 80% o más", destaca IFOPA (leer diagnósticos equivocados).